Helena Chávez Mac Gregor
La rebelión de los insomnes

Cuerpos despedazados son descubiertos y encubiertos en todos los rincones de México, miles de mujeres son violadas, mutiladas y asesinadas en la frontera norte, las diferencias económicas desquician cualquier posibilidad de comunidad, de justicia, de igualdad. Y, mientras el Estado se alza en una guerra por mantener el monopolio de la violencia y cabezas ruedan por las calles con una furia sacrificial que trastoca cualquier lógica de medios y fines, en las paredes aparecen pintas de un Zapata armado invocando a una revolución inconclusa bajo la consigna que anuncia, como augurio o amenaza: "Nos vemos en el 2010". Las furias están desatadas y, sin embargo, nosotros nos comportamos como si éste fuera el mismo tiempo que "el de siempre", afianzando en el "aquí no pasa nada" la persistencia de que esto "siga así".

La violencia que irrumpe, ya sea con la intención de fundar un nuevo orden o como fuerza de conservación de ley, la recibimos como objeto de contemplación. Como había anunciado Walter Benjamin, la auto-enajenación ha alcanzado un grado tal que nos permite vivir nuestra aniquilación como un goce estético de primer orden. Esta estetización tiene un buen fundamento: es la experiencia misma desde la que nos conformamos.

Si estas experiencias son la materia de la que estamos hechos, ¿qué tipo de prácticas pueden incidir para transformar este paisaje?, ¿qué tipo de fuerza tienen que imprimir los acontecimientos para des-bordar nuestra experiencia que se consuela en la contemplación?, ¿qué tipo de movimiento para rebelarnos contra la costumbre de someternos sin resistencia a la violencia del capitalismo que, aun en   crisis y mutación, se urge por instituirse como sistema dominante y hegemónico?

Tal vez la búsqueda está en los bordes, en los intersticios donde las prácticas y saberes se confunden para encontrar ahí, donde todavía todo está por inventar, la fuerza para des-encantarnos de este paisaje de mundo y des-acomodar lo que está solidificado, silenciado e in-visibilizado.

Si lo político es estético no es porque se haya convertido en una cuestión de gusto y contemplación, sino porque lo político es una formación histórica que crea las condiciones estéticas de lo político, es decir, las condiciones de percepción, de sensación, de afección, de saber y de poder desde las cuales generamos experiencias. Hoy podemos revertir el daño de la imposición de lo político como experiencia de sometimiento haciendo política, no como subordinación al mantenimiento del Estado o afiliación a un partido, sino como un modo de hacer y des-hacer. Hacer política desde las prácticas estéticas que permiten des-bordar los órdenes instituidos: arte, activismo, crítica, revuelta o revolución, el nombre poco importa ya que sólo intentamos señalar momentos de creación y alumbramiento -llamémosles poéticos-, que re-acomodan los materiales sensibles cambiándolos de posición para abrir nuevos sentidos que se rebelan contra lo establecido. Creaciones estéticas, no por su afección como belleza, sino por su capacidad de afectar al tiempo y al espacio, de crear, en el sentido más fuerte del término, experiencias.

Hoy podemos hacer política en las resonancias de los límites del arte y la política. No se trata de buscar los momentos "artísticos" de lo político, ni de hacer del arte una herramienta de propaganda, sino de encontrar, en lo que cada práctica genera, la experiencia estética que permite una activación poético-política como creación de un momento de revuelta. Hacer política es dejar que las prácticas estéticas -adentro o afuera de los circuitos- nos contaminen, incitando nuestras afecciones y afectividades no para consolidar un ámbito privado de consuelo o recogimiento, sino para hacer la experiencia, que es también parte de lo público, de lo común, desde otra afección, para que el des-encantamiento no sea el dolor de una coraza o la caída de una fuga sino la fuerza para ser otros.

Hacer política hoy es rebelarnos en contra de este tiempo cerrado y homogéneo impuesto por el capitalismo y persistido en nuestra propia subjetividad, es intentar hacernos cargo para que éste no sea el mismo tiempo que el de siempre, sino el que se abre a lo particular de cada práctica, de cada historia, de cada lucha, de cada obra, de cada encuentro, de cada rostro, de cada voz. Hacer política es no constituirnos desde lo político instituido y legitimado sino ser la acción que dice basta, que es un basta, es no consolarnos en la costumbre sino construirnos en la necesidad de que esto sea diferente. La dificultad es que no hay programa o agenda que nos salve; la gracia, que todo lo que nos queda son caminos por inventar...

des-bordes nace de la necesidad de trabajar juntos, de activarnos en red -desde nuestras afinidades afectivas y efectivas que se despliegan en la recién impulsada y provisoriamente nombrada red de conceptualismos del sur para encontrar una plataforma de elaboración e incitación colectiva, un canal de contagio y compañía. Nace de creer en la necesidad de no ser desconocidos para nosotros mismos, de encontrarnos para ponernos a la escucha y a la búsqueda. De querer intervenir en el pasado, traicionando la Historia de las legitimaciones, desde las voces de aquéllos que han quedado fuera del gran relato; activar lo que ha quedado soterrado bajo mitologías y fantasmagorías que intentan legalizar un poder que no da cuenta de lo que somos, sino que nos somete a una identidad siempre fallida que perpetúa el dominio del poder. Re-contar el tiempo para abrirlo a un nuevo por-venir.

des-bordes surge de las ganas de des-centrarnos del norte -como espacio de imposición de un centro del que todo emerge- no sólo para definirnos fuera de él, sino para crear el extrañamiento necesario para des-quiciar su propia constitución y legalidad. Nos des-centramos no para establecer un enemigo, sino para inventar un sur . Buscamos el sur , no como una construcción geopolítica que nos sitúe como bloque de periferias poscoloniales para reivindicar el poder antagonista del margen, sino como un posicionamiento político que nos hace ser las fisuras del sistema, que nos hace ser los quiebres y desbordes que ya no son negociables. Decimos sur asumiendo que éste puede estar en cualquier geografía y en cualquier latitud porque el sur no es una identidad desde la cual legitimarnos sino que es una manera de afirmarnos en ser parte de las fuerzas desbordantes que trabajan como virus, que desde la contaminación y la propagación, inciden en la producción de otras historias, de otras afecciones, de otras experiencias políticas.

des-bordes es una iniciativa para generar un espacio crítico, lejos del mero lamento academicista o del juicio determinativo que se sitúa en un lugar ajeno a la producción simbólica. Un espacio para confrontarnos y hablarnos, para buscar desde la propia práctica hacernos cargo de nosotros mismos; de nuestra herida y nuestro daño, de nuestra neurosis y nuestro miedo, de nuestro cuerpo y nuestro afecto pero, sobre todo, de nuestro placer y nuestro deseo.

des-bordes aparece ahí donde no la llaman. Este número 0 es una incitación para activar, a partir de un texto detonador - Fantasmas pasteurizados - las resonancias críticas en autores de diferentes latitudes, edades y registros con la única intención de proponer un ejercicio de pensamiento colectivo a muchas voces. Una provocación que, más que buscar respuestas o argumentos a favor o en contra, pretende disparar las posibilidades de abrir territorios, lecturas e interpretaciones. )))resonancias((( desde los límites del arte y la política responde a nuestra necesidad por preguntarnos sobre nuestra historia, sobre las mitologías que legitiman al Estado y posibilitan la imposición de identidades, sobre los fantasmas que negamos pero que acechan en espera del por-venir, de su conjuración como posibilidad revolucionaria; sobre los usos y abusos del poder en las conmemoraciones de los bicentenarios en varios países de Latinoamérica -en concreto en México, no como localismo excepcional sino como caso que nos abre a lo particular de una historia y a un espacio concreto de intervención-; sobre querer pensar qué pueden ser y hacer las prácticas estéticas y creativas para confabular y hacer otro tipo de experiencia política.

Lo que hay aquí son escrituras donde cada autor colabora con lo que en él resuena: aforismos, conferencias, ensayos, intervenciones, interpretaciones y re-interpretaciones, manifiestos, videos, confidencias y conjuraciones. Es decir, diferentes ejercicios de "escritura" que, más que intentar crear un pensamiento sistemático, ejecutan prácticas que no pueden ni quieren ser definidas. Ni arte, ni crítica, ni historia, ni clínica, ni filosofía, sino, más bien, des-bordamientos de prácticas, de saberes, de acciones y afecciones. No hay respuestas cerradas sino constelaciones desde las cuales cada uno puede activar el pensamiento como resonancia, como posibilidad de que suceda, o no, algo que no se puede controlar.  

des-bordes, que inicia su itinerancia con este número 0, )))resonancias((( desde los límites del arte y la política , nace del trabajo de muchos, de saber que no hay consensos y que la única manera de que el pensamiento no sólo sea un discurso sectario, sino una práctica y una política, es discutiendo, es no estando solos. Nace de saber que la única manera de hacer cosas es escuchando, hablando y confabulando juntos. Pero, sobre todo, este número nace del afecto, de la confianza y la compañía, del deseo que nos propaga el encuentro, de la necesidad de mantenernos incitantes.
 

Joaquín Barriendos (Nueva York)
Helena Chávez Mac Gregor (México)
Iconoclasistas (Buenos Aires)
Miguel López (Lima/Barcelona)
Ana Longoni (Buenos Aires)
Juan Pablo Pérez (Buenos Aires)
Julia Reboucas (Belo Horizonte)


Editora a cargo del número 0:
Helena Chávez Mac Gregor

Diseño:
www. iconoclasistas.com.ar

Agradecimientos: des-bordes ha sido posible ha sido posible gracias a la colaboración de:
Joaquín Barriendos, Mariana Botey, Cooperativa 666 satan ismo critico (agencia de colocaciones), Marcelo Expósito, John Holloway, Brian Holmes, Bily López, Miguel López, Cuauhtémoc Medina, Suely Rolnik y Javier Toscano. Cuenta también con el apoyo y financiamiento de: Karla Jasso, la red de conceptualismos del sur y teratoma a.c. A todos ellos, muchas gracias.

Des-bordes / Enero 2009

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